lunes, 20 de octubre de 2008

Mortales en el Olimpo


DESDE EL DEPA: JOSÉ ANTONIO GARZA TRISTÁN


Mortales en el Olimpo


RECINTO SAGRADO. La algarabía tradicional de una cultura provoca el esperpento de todos y el orgullo propio al saber que no somos iguales, somos mejores, más fiesteros y más chingones, el fin de semana común que nos hemos apropiado se perfila al enaltecimiento y desprestigio, dos posturas y dos juicios, unos amanecen crudos y otros no amanecen.



Durante días me he preguntado en que consiste la dichosa habilidad o en contraparte el desdeñado vicio de divertirse colectivamente haciendo uso de bebidas alcohólicas, tabaco a raudales, botana (de preferencia papitas o encurtidos), no puede faltar una buena música del gusto del común de los reunidos.

Hago esta remembranza porque precisamente es la vida que el acostumbrado aguascalentense lleva aproximadamente desde los 18 años en promedio 3 días a la semana. Pareciera ser que lo hacemos por gusto, y quienes no están de acuerdo con esto deliberadamente puntualizan que tenemos problemas con el alcohol. Es sencillo de mostrar, el jueves ya es un motivo perfecto para comenzar el fin de semana, en el léxico coloquial popular se le ha denominado juevebes, un día como para mentalizar hacia dónde será dirigida la gran borrachera del día distinguido del fin de semana, La Peda Extrema Del Sábado”. Lo más divertido de esto es que la mayoría no usamos al jueves como anteriormente he mencionado, el jueves suelen pasarse tranquila y llanamente las horas hasta hacer de la noche normal de platica y apresto, una verdadera farra. El viernes es común encontrarse a la gente por las mañanas curándosela en la birria, en el menudo o en los mariscos, pero es viernes y no podemos bajar los brazos, el día presume de ser un momento hábil y funcional, hay que desempeñarnos laboral y académicamente hasta las últimas horas utilitarias del viernes, pasando de las 20:00 hrs. podemos empezar a respirar un ambiente total a fiesta, esta vez no como el jueves, el viernes podemos agarrar una jarra impresionante sin necesidad de preocuparnos por el día siguiente. El viernes es en conclusión el día hecho a la medida para los mexicanos y me atrevo a asegurar que lo es aun más para la sociedad hidrocálida. Las pinceladas previas a los festejos del sábado son en sí los diseños y dibujos que el viernes por la noche se planearon casi siempre en estado inconveniente, el plan esta diseñado, el día pintado y los sábados ya no se improvisan tanto como los días anteriores, la comida por la tarde, unas cervezas y el fútbol. Y por la noche habitual se hace la salida al bar, antro o merendero según sea el caso y para aquellos que no salieron a algún lugar de los antes mencionados no les espera un sábado aburrido, ellos irán a celebrar un cumpleaños de algún conocido, pariente o amigo cercano, en fin, así es en Aguascalientes.

Para muchos será un fin de semana exitoso y seguro la semana estará llena de relatos y vivencias dignas de ser contadas, todos querrán sea sabida la anecdótica fiesta del viernes, unos más han conocido a gente nueva, tenemos más amigos y comúnmente conocemos por ahí a la chica que estaremos cortejando y conquistando durante las próximas semanas.


Parece que nunca encontraremos el punto medio entre la mesura y la inconveniencia, y entre el buen festejo y el malo, ese que es común en está ciudad, ese que esta latente y se nos escapa de las manos. El fin de semana en Aguascalientes consiste en 72 horas de intensidad y barbarie, felicidad y alegría, y por si faltara algo, lamentablemente también son 72 horas de dolor y agonía. Entre las noches de verbena y la idiosincrasia tambaleante tendremos que entendernos y estudiarnos, al paso de los años parece no importarnos y nosotros simplemente de fiesta en fiesta somos unos mortales en el olimpo.

JOSÉ ANTONIO GARZA TRISTÁN 18/10/2008


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